Tú maldita que atraviesas mi alma, solo para provocarme la muerte una y otra ves.
Tu ponzoñosa, fiera sulfurosa que me haces extrañar y mi oración solo el viento parece escuchar, mis designios son poderosos “que en acido tu corazón hierva de forma eterna”, abominación que el infierno benévolo ajustara.
B.C.
- Observación:
Mirar dulce predicante.
2 comentarios:
Te felicito por tu blog, me gustó mucho. Te animo que sigas adelante, compartiendo parte de tus sentimientos.
Mucho ánimo, suerte y éxito.
Un abrazo para ti.
Valoro tus palabras,gracias.
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